Existen momentos en la vida que se guardan por siempre en la memoria y en el corazón, el viaje a Mendoza fue uno de ellos.
Supuso soñar y compartir risas, alegrías y tristezas. Poder expresarse sin ataduras, conocer y aceptar al otro tal como es, así se manifestaron diversos sentimientos, como la ansiedad previa de la gira; la curiosidad por entender y aprender en cada lugar visitado: los museos, el auditórium, la chocolatería, la bodega, el acuario y el serpentario; la diversión en la nieve y en las fiestas; la complicidad en los juegos; la sinceridad en la charla con los compañeros; el agradecimiento por el excelente servicio de la casa de Veris Tempus, que desinteresadamente nos complacían en todo; el asombro al ver el imponente paisaje cordillerano; el cariño en los abrazos con los amigos; la solidaridad cuando un compañero se sentía mal; la tristeza por saber que concluye una etapa de la vida; las lágrimas en el fogón; en fin, todo hace a un mismo sentimiento de unidad, de que todos formamos parte de uno.
Para todos los chicos de 6º grado A, B y C, que terminaron de descubrir la amistad, que son como esos fueguitos, cada uno especial y distinto; que sienten que son parte de esta escuela como un lugar de encuetro, que les abre las puertas hacia el futuro y cuando lo necesitan.
Recuerden por siempre esta experiencia... que los ayudó a crecer.
Seño Ángela